En nuestro país la historia del movimiento sindical, como la conocemos en la actualidad, está ligada totalmente a la formación, progreso, fijación y declinación del Estado surgido durante la época de la Revolución de 1910-17, consolidado durante la época del Cardenismo. La crisis que vive el Estado mexicano en la actualidad, también se expresa en la crisis del corporativismo e inherentemente a los sindicatos afines a esta norma.
En el siglo XXI el sindicalismo, deberá romper los límites de la fábrica sin que ello implique abandonarla, deberá afanarse a eliminar la dinámica implantada por las leyes del Estado burgués sin dejar de contemplarlas, deberá aspirar a pelear por una sociedad diferente recordando que para conseguirlo se debe empezar luchando en la actual. Siendo imperante confiar exclusivamente en sus propias fuerzas y fundamentarse exclusivamente en su propia clase, nuestra clase obrera.